jueves, diciembre 04, 2008

Graznidos en el aire... ^__^

Hace eones que no actualizo el blog. La verdad es que últimamente he estado bastante liado y aunque he hecho un montón de cosas, no he tenido grandes aventuras que contar (hasta hace un par de semanas, que tomé un vuelo para Buenos Aires, a ver si me inspiro y pongo unas fotos a la vuelta :

Probablemente no leáis esto si no me tenéis incluido en el RSS u os aburrís mucho y habéis decidido daros una vuelta para ver si resucitaba... bien, aquí me tenéis... ¡¡¡con buenas noticias!!!



El
Círculo de Escritores Errantes, o "los cuervos" como se les conoce popularmente en el ambiente literario por su primera producción "El desván de los cuervos solitarios" publica de la mano de Mandrágora su segunda antología: "13 leyendas urbanas" donde exploran el fenómeno de las leyendas urbanas. Desde las más tradicionales, como la chica de la curva o el restaurante chino, hasta otras menos típicas y más desquiciadas, el libro incluye los relatos:

- Asfalto fundido - David Valero Barjola
- El círculo de Krisky - Miguel Puente
- Obitus interruptus - Manuel Mije
- A través del microscopio - Jordi Bonet
- La mano negra - Agustín Luzarraga ^__^
- Valhalla - Ernesto Fernández
- El extraño caso de Cristina Ferrero - Víctor Martínez Martí
- Con buen pie - Santiago Eximeno
- El hombre aburrido - Juan Ángel Laguna
- El restaurante chino - Álex Godmir
- Sueños remotos - David Mateo Escudero
- El hombre del saco - Miguel Cisneros
- La taberna de Bloody Mary - Gerard P. Cortés




¡mooooooooola! ^__^
Próximo volumen (en preparación): 13 billetes para el fin del mundo

lunes, abril 21, 2008

ALL YOUR BASE ARE BELONG TO US



Al final, en vez de ir a Bilbao al cumple de hermano, me quedé en la chupicasa porque estaba malito y últimamente he abusado de la ruta transibérica... no me veía con fuerzas para aguantar 10 horas de autobús moqueando más que el bicho verde de los cazafantasmas ^__^
pero como no hay mal que por bien no venga, la flautista de Hamelín se acercó a cuidarme y el finde ha estado muy divertido...

El hombre malo (sí, ese que sale en la foto emulando a Berlusconi) se animó por fin a pintar el salón. El color lo eligieron sus padres guiándose por su descripción y el cerdo, una versión ácida de Tom Sawyer, nos convenció al pijiniestro, al mago et moi para ponernos los monos de trabajo y ensuciar las paredes con pintura ... en este caso, al colocón habitual hay que sumar el efecto mareante del verde quirófano, y pinta que te pinta, pasamos una tarde agradable aderezada con música y pogromos contra los mejicanos en el Ghost Recon 2.

Además, para compensar, MA y yo nos pusimos mano a mano con los pinceles y el acetato...
¡¡¡y tengo el cuarto invadido de marcianitos!!! ¡¡¡moooooooooooola!!! ^__^


La próxima entrada procuraré contar alguna locura más de israel. Hasta entonces...


martes, marzo 18, 2008

ZEN zen wakaranai ^__^

El título del post es un fascinante juego de palabras (es verdad, Odín, no se puede utilizar ese adjetivo sin resultar pedante... un poco de indulgencia con los semilefos de los bosques ;) ...decía, que Zen zen wakaranai significa, en japonés: "no entiendo nada de nada", pero además, últimamente estoy muy tranquilo (¿zen zen? :) y feliz y me tomo la vida como viene...

Entrando en materia, un amigo de Vallecas -ciudad sin ley- me dedicó una vez estas sabías palabras mientras apuraba su birra a altas horas de la mañana, en un lugar de reputación para nada dudosa, sino por todos conocida (y no precisamente por sus virtudes):

es como cuando piensas que has pescado merluza y de repente te encuentras el bacalao; un travelo con todo el tema: mala suerte

Efectivamente. Así de perra es la vida a veces. Todo te sonríe y de repente: ¡zas! Te encuentras todo el tema.


La semana pasada tuve vacaciones. La verdad es que lo necesitaba y estuvo genial. Me junté con Yann en París y fuimos en coche hasta Amsterdam, donde nos juntamos con MA Barracus, que había venido vía aérea (ésta es una versión mejorada que no necesita droga en el colacao para montarse en el avión :) Pasamos dos días en la capital para visitar museos y coffeeshops a partes iguales y nos volvimos a separar para volver cada uno por los mismos medios que habíamos empleado para llegar. Aprovechando que teníamos el coche, fuimos hasta la playa (hacía un viento huracanado y apenas estuvimos un cuarto de hora) e hicimos una paradita en la simpática ciudad de Brujas, me quedé un par de días con Yann en París y no me preguntéis cómo ni por qué, pero tenía esa sensación desagradable que te eriza el vello de la nuca y que anticipa calamidades: El tiempo no acompañaba, el teléfono no funcionaba y tenía ya ganas de volver y descansar... así que llegó la hora de coger mi avión, y aquí fue cuando se desató el pandemonium:




"Le pandemonium", John Martin, en Le Louvre

-Perdí la bufanda que me habían regalado por Reyes
-Perdí el vuelo (¡ooops! Horario correcto, aeropuerto equivocado) que tenía para Valencia
-Perdí la maleta (que tardó una semana en aparecer)
-Perdí los bonus del curro (si sigo aquí, creo que me los pagarán el próximo año bisiesto)

Así que, allí estaba yo, en el aeropuerto, con un tambor coreano gigante cargado a las espaldas, sin billete y sin bufanda y un poco cabreado... pero no perdí los nervios...Respiré hondo y empecé a contar hasta 10000000000 (no pasé de 5 :)

Al final, cogí un vuelo que salía más tarde para Barcelona, y MA se chupó tres horas de ida y tres de vuelta en su furgoneta molona para venir a buscarme, y la verdad es que estuvo hasta divertido... ¡me encanta que los planes salgan bien!

Así que disfruté de un poco de calma por un par de días, pero la semana ya estaba maldita y aún me faltaba presentarme en Gorlitz como reserva para la mesa electoral, con 2 horas de sueño y movida incluida, y para acabar, en el viaje de regreso, tuvimos un simpático registro a la entrada de Madrid en la que un amable policía encapuchado abordó el autobús y nos pidió la documentación para chequearla, primero a los barbudos (todo el mundo sabe que tenemos un 30% más de probabilidades de pertenecer a grupos terroristas) y luego al resto ^__^

Pero bueno, teniendo en cuenta que luego tenía el viaje a Israel, prefiero que la mala suerte se condensara en vacaciones :)

Así, casi sin tiempo para descansar y sin la mitad de mis objetos personales, he partido de nuevo para pasar un mes en Israel, en Haifa. Y como me ha molado el formato de entrevistas, que últimamente está muy en boga, os dejo con unos cuantos personajes que os ayudarán a entender un poco mejor el país ;)


  1. Entrevista con el Airport Security Control Operations (ASCO)
    yo: Bueno, yo había pedido hablar con el equipo de seguridad al completo. Si ahora les pilla mal, podemos hacerlo a otra hora.
    ASCO: No, no. Yo soy el equipo de seguridad... al completo.
    yo: Debe estar equivocado. A mí me han preguntado tres personas diferentes.
    ASCO: Ah. Eso. Era yo con tres caretas diferentes.
    yo: Bueno, muy astuto. Como el avión ha llegado a las seis de la mañana, las legañas no me han dejado darme cuenta. Supongo que es parte del plan.
    ASCO: Efectivamente. Por eso los horarios son tan mierda.
    yo: Brillante ¿Y qué metodología utilizan para los controles.?
    ASCO: Básicamente, depende de lo bien o mal que nos caiga la persona. Quiero decir, puedes encontrar alguien con quien es agradable charlar y entonces le harás pasar por más controles para tener la oportunidad de conocerle mejor.
    yo: ¿No sería mejor invitarle a una copa?
    ASCO: Sería muy poco profesional. Igualmente, si sospechas de alguien, utilizarás todas las preguntas que puedas para comprobarlo.
    yo: ¿Comprobar el qué?
    ASCO: Si es un enemigo.
    yo: ¿Cómo enemigo? ¿Quiere decir Palestino?
    ASCO: Bueno, tenemos muchos enemigos, no sólo los palestinos. No nos gusta discriminar. Líbano, Siria, Egipto, Jordania...
    yo: Entiendo. ¿Y las preguntas?
    ASCO: Básicamente se pregunta lo mismo muchas veces y cambiando el orden, para ver si cometen algún error. Y si me parecen muy sospechosos, les pregunto por su madre.
    yo: ¿Cómo?
    ASCO: En BladeRunner eso les volvía locos.
    yo: Eran replicantes.
    ASCO: La misma mierda. Si es que esto de las fronteras es la monda. Crees que lo tienes todo controlado y de repente te encuentras...
    yo: ...ya, con todo el tema. Sé de qué me hablas... creo. Un placer y Toda Rabbat.[Thank you]
    ASCO: ¡Hasta la vuelta!

  2. El taxistaloco -TaxiDriver- Ayer estuve con uno de mis compañeros charlando en un banco-columpio en el jardín de su casa, un pequeño vergel cerca de Tel Aviv. Hablamos del trabajo, de la vida, del amor y de la guerra, hasta que se hizo tarde y llamó un taxi para que me acercara hasta el hotel. Lo que sigue es básicamente una transcripción de los hechos, aunque las partes de conversación entre corchetes son las que yo imaginaba, tanto en su mente como en la mía (el idioma era una barrera de comunicación importante). En realidad, nuestros intercambios fueron cortos, pero intensos y repletos de miradas significativas :P

    TD: Where are you from, sir?
    me: Spain
    TD: Welcome to Israel!!
    me: Toda Rabbat [voy a intentar dormir un rato]
    me: ¿No nos estamos comiendo la mediana?
    TD: [Es que no me sé muy bien el camino. Espera, que voy a pedir el comodín del público. Llamo por radio a ver si alguno sabe donde estamos]
    me: [Ahí delante hay un cartel. Haifa a la Derecha...]
    TD: [¡Eres un lince! Si es que esto del taxi es una movida . Hay que estar pendiente de todo, no te puedes despistar un segundo.]
    me: [ya...]
    TD: [En un momento eres el cheriff al volante y de repente...]
    me: [ya... todo el tema... ¿te importa si intento sobar un poco?]

    Estoy agradablemente adormecido mirando por la ventanilla el anochecer en Israel. Cerca, el arcén se desliza suavemente bajo nuestras ruedas. Más cerca, el arcén se aproxima a nuestra carrocería. Mucho más cerca, nuestros faros evidencian que nuestra trayectoria implica una colisión.

    me: YOU OK? [WAKE UP, YOU CRAZY BASTARD!!!]
    TD: Sure [Lo que pasa es que me has despertado cuando estaba cogiendo postura. Pero no te preocupes. ¿No ves como ahora que me he despejado acelero? Y deja de mirarme así que tengo los ojos abiertos]
    me: [No, tranqui, si es que me pareces atractivo, es sólo eso. El arcén...]
    TD: [Nunca se me dio bien pinta y colorea. Espera que me llaman al móvil. Suelto un momentito el volante... ¡mierda, que nos vamos!... menos mal que vamos lentos. Tranqui, que si nos chocamos, no nos haríamos ni daño.]
    me: [Di que sí, pero contesta rápido que se te está yendo... el otro arcén...]
    TD: [¿Sí? Menos mal que me llamas. Este tipo es un rollo.Estaba a punto de quedarme dormido.]

    Afortunadamente, no hay infierno que dure por toda la eternidad:

    TD: ¿Es esta salida?
    me: [Estamos parados en la mediana de la salida de la autopista]
    TD: [Ya lo sé, así podemos hablar tranquilos. ¿Es ésta?]
    me: Era la anterior, pero ¿sabes qué? Déjame ahí delante y ya cruzo yo el puente.
    TD: Chico grande. Buenas noches.

  3. Y, por último, aprovechando que tanto el hotel como el curro, están en primera línea de playa, quiero finalizar con una entrevista exclusiva con el actor que protagonizó el capítulo piloto de “Vigilantes de la Playa... en Israel
    yo: ¿Por qué cree que no decidieron rodar más capítulos después del piloto? Dígame Misha:
    ¿por qué no triunfó la serie en Israel?
    misha: Yo le doy 3 razones. Primero: Misha Matamoros
    yo: ¿Matamoros?
    misha: Cosas del gobierno.... En todo caso, es la versión israelí del original. O sea: yo. Misha lleva una metralleta y la usa para matar moros. Hasta ahí, una reacción lógica, pero un error en el guión. Los malos no duran lo suficiente para que se les coja cariño, y el arma queda muy poco estética cuando vistes sólo un bañador.
    yo: lo imagino. ¿Le importaría apuntar hacia otro lado?
    misha: Perdone, es que me toca mi mes de servicio militar obligatorio al año.
    yo: que lo disfrute. Ha dicho tres razones...




    misha: Segunda: la única caseta playera que encontramos para los vigilantes era un bunker. Mis enemigos no tenían ninguna posibilidad.
    yo: Bueno, podría haber vendido la idea de la seguridad en el público.
    misha: No funciona. A la gente le gusta ver sufrir. Los buenos tienen que tener bajas. Un pulmón perforado, un miembro amputado, una novia muerta... utilizamos un viejo refugio de guerra con hormigón de 1 metro de espesor donde me encerraban con el resto de las vigilantes. Un día la puerta se atoró y tuvimos que pasar 4 horas encerrados. Un regalo de Dios, pero si hubieran tardado una más no habría sobrevivido.
    yo: menos mal.
    misha: No lo sé. Si me hubieran dado a elegir, probablemente habría mantenido la puerta cerrada. De todos modos, tercera razón: por exigencias de grupos proacercamiento, la mitad de las vigilantes eran musulmanas y vestían velos que arrastraban por la arena. Sinceramente, respeto la religión, pero aquello era infumable. Pagas por ver tías de escándalo con curvas impresionantes y te ponen delante una procesión de los jawas de Star Wars. Creo que fue el golpe definitivo.
    yo: Probablemente, aunque puede que la carrera de Hasselhoff como cantante también influyera... De todos modos, ¿sabe qué? No puedo decir que me dé pena que la serie no haya salido adelante; la original tampoco me mataba.



    misha: ¿Le digo la verdad? A mí tampoco. Con tanta mora con velo cerca, tenía miedo de que hubiera algún palestino camuflado con explosivos. Ya sabes: Crees que has pescado y...
    yo: Sí, sí, te encuentras todo el tema, ya sé cómo va eso...

    Pues aquí estamos, felices y comiendo mucho Hummus y fumando en shisha... y con ganas de ver Jerusalem. Y si hay suerte, igual viene MA... si lo encuentro, tal vez pueda contratarlo ;)

Proximamente (espero): Aventuras del capitán Augustus en Jerusalem
y mientras tanto, como siempre: PEACE & LOVE ^__^




martes, enero 08, 2008

New York, New York... ^__^


La verdad es que últimamente todo me sale bien. No me puedo quejar de nada. Y sin embargo, me siento un poco perdido. No sé si es Madrid, succionando mi energía vital a través de ese portal al infierno que es la línea 6(66) del metro (la gris, con parada en Opañel : ), si son estas fechas, que de pequeño esperaba con ilusión y que ahora me entristecen cada vez más, o si últimamente he estado leyendo demasiados fragmentos de Bukowski... probablemente un cocktail de circunstancias que hace que esté un poco alicaido... no triste, y siempre con una sonrisa, pero sí con cierta melancolía invernal... pero tengo que zarpar de viaje, esta vez por trabajo, así que hago la maleta a última hora (no me olvido casi nada) y emprendo el viaje a la otra orilla del charco.

New York
, New York...




Day 0
(sábado)

1 taxi
2 aviones
3 metros
4 chequeos de seguridad
5 horas de diferencia
y 100 controles de seguridad después,
llego por fin al apartamento donde voy a pasar una semana.

La gran manzana, diez años después.
La octava avenida, esquina con la dieciocho.
Casi estoy emocionado, a pesar de que los estados unidos no son mi destino favorito, y decido salir a dar una vuelta para ver el ambiente. Estoy físicamente muerto, son las nueve de la noche (seis horas más en España), llueve y hace una temperatura por debajo de cero grados, así que mi excursión acaba convirtiéndose en una rápida vuelta a la pequeña manzana que me lleva directo a la cama para dormir doce horas seguidas.

Day 1 (Domingo), Día de Reyes

El apartamento es compartido. Lo compruebo cuando me equivoco de habitación y casi me meto en la cama con mi vecina, que había dejado la puerta abierta y estaba durmiendo medio desnuda. Lamentablemente se despierta a tiempo y me echa una bronca de mil demonios. No es manera de empezar el día, así que cojo la cámara de fotos y me escabullo antes de que acabe de despertarse . Con suerte, pensará que lo ha soñado.

Encuentro un bar cerca de casa (en realidad, me he perdido) donde desayunar: Florent. Es el típico garito de película, de esos que abren 24 horas y que te sirven café antes de pedir nada. En la pared, una cabeza de alce disecado hinchable me mira con ojos tiernos. Está adornada con unas uvas de plástico alrededor, y mientras devoro unos huevos fritos pensativo (ayer no cené), no puedo dejar de asociar la escena con alguna especie de ofrenda a Baco. Acabo los huevos y el café, me despido con una inclinación de cabeza del alce, que de momento es la criatura más comunicativa que he encontrado, y salgo a patear las calles.

Avenida arriba, calle abajo. Me gusta la ciudad. Tiene vida, y muchísima diversidad cultural: (vamos, que de cada cuatro habitantes uno es indio, otro hispano, otro asiático y el último americano). Paseo por Central Park, por Broadway, por la Zona Zero, por el Hudson... el ambiente es muy agradable, pero echo de menos alguien con quien compartirlo. Probablemente podría hacer algún amigo en la zona donde está el piso, porque está lleno de banderas arcoiris, pero la sociabilidad no es muy fuerte, así que vuelvo a casa tarde, solo y con los pies destrozados. Descubro que mi compañera de piso ya se ha pirado (¡uf! llevaba todo el día pensando cómo disculparme), y que tengo otro compañero de piso, aunque es tan callado y misterioso que parece un fantasma. Estoy tan aburrido que todo esto tiene una parte positiva: me pongo a estudiar, que falta me hace para los exámenes.

Day 2 (Lunes)

El viaje es por trabajo, así que hoy me toca ir a la oficina. Está muy cerca y tardo menos de cinco minutos andando. Desayuno con calma y me llevan a mi puesto. A partir de aquí se acabó la tranquilidad.

Pensaba que venía para un curso de formación, pero me sientan en una mesa para atender en primera fila a los usuarios que tienen problemas con sus ordenadores. Para más inri, es un lunes después de vacaciones y hay unos cuantos. Sólo hay un par de pegas: Llevo apenas un par de meses en la empresa y todavía tengo que aprender muchas cosas, trabajo en una oficina pequeña de una décima parte del tamaño de ésta y en los Estados Unidos todo el mundo usa Mac, un ordenador prácticamente desconocido para mí... en resumen, mis habilidades no son muy útiles a la hora de resolver problemas... Pero yo soy un tío con recursos, así que hago piña con mi compañera para la jornada, una hembra afroamericana de voluminosas proporciones, que me recuerda inconscientemente el anuncio de los conguitos (tengo que morderme la lengua más de una vez para no silbar aquello de "sabemos requetebien" : ) y le encasqueto todos mis problemas.

Al principio no se me daba demasiado bien, la verdad. Estas cosas me dan apuro, incluso vergüenza, y casi me sentía culpable... pero según ha ido pasando la jornada he ido perfeccionando mi técnica y puedo decir que he salvado el día honrosamente. Al final, como cuando hablaba en inglés todo el mundo me pedía que repitiera las cosas, he optado por señalar con el dedo, y me he convertido en todo un experto.

Hoy he aprendido:
- a señalar a mi compi (la conguito, porque mi compi de piso también ha aparecido por allí haciéndose el sueco y también le he señalado, sólo por fastidiar... bueno, y por costumbre, porque se le coge el gustillo a apuntar con el dedo).
- a señalar al tío de los móviles (Ron, ése es fácil, si mi compañera se hubiera llamado Ginebra, tampoco habría tenido problemas para acordarme)
- a señalar el almacén.

Así que cada vez que venía alguien y mi compañera estaba ocupada, yo señalaba con el dedo en su dirección para que la gente pidiera turno (eso sí, con mucha profesionalidad). Creo que ella no estaba muy contenta, pero yo lo he hecho lo mejor que he podido. De hecho, ha habido un momento en que se ha formado una cola tan grande que hemos tenido que pedir ayuda. La culpa, aunque no he dicho nada, ha sido de mi compi porque, aunque ha empezado a venir más gente, yo seguía señalando con la misma velocidad, pero ella no era capaz de seguirme el ritmo y, para colmo, no dejaba de resoplar mirándome de reojo. Tengo que decir que la jornada ha sido un poco frustrante (no me gusta que mi trabajo no rinda adecuadamente por la incapacidad de otros miembros del equipo, pero no he dicho nada porque soy nuevo y no me gusta hablar mal de mis compañeros), así que a la salida me he ido a dar una vuelta para tomar el aire, aprovechando que hoy hacía bueno...

Y de momento, aquí estamos, echandoos un poquito de menos y tratando de sobrevivir una semana en la tierra de la libertad... seguiremos informando. Mientras tanto, os dejo con un poema de Bukowski, "el genio de la multitud", y mucho Pis&Love

"The genius of the crowd"
There is enough treachery,
hatred violence absurdity
in the average
human being
to supply any given army on any given day


and the best at murder
are those who preach against it

and the best at hate
are those who preach love

and the best at war finally
are those who preach peace


those who preach god,
need god

those who preach peace
do not have peace

those who preach love
do not have love


beware the preachers

beware the knowers

beware those who are always reading books
beware those who either detest poverty
or are proud of it
beware those quick to praise

for they need praise in return

beware those who are quick to censor

for they are afraid of what they do not know

beware those who seek constant crowds
for
they are nothing alone

beware the average man the average woman

beware their love,
their love is average

seeks average

but there is genius in their hatred

there is enough genius in their hatred
to kill you

to kill anybody

not wanting solitude

not understanding solitude

they will attempt to destroy anything
that differs from their own
not being able to create art

they will not understand art

they will consider their failure as creators

only as a failure of the world

not being able to love fully

they will believe your love incomplete

and then they will hate you
and their hatred will be perfect

like a shining diamond

like a knife

like a mountain

like a tiger

like hemlock


their finest art

martes, octubre 30, 2007

Martes 30 de Octubre del año de nuestro señor 2007

Polvoriento, olvidado... así es como está mi cuaderno de viaje. Me costó encontrarlo, escondido quién sabe cómo ni por qué en la santabárbara, rodeado de otros objetos igual de descuidados. Pero al acariciarlos, al dejar mis dedos finos surcos en la capa de polvo que cubre todo como una mortaja, parecen revivir y sentir que es hora de zarpar de nuevo.

Vuelvo a navegar, después de muchos meses en tierra. Vuelvo a lo desconocido, a la aventura.Vuelvo al mar.Y cómo lo necesitaba...

Anclado en puerto desde el viaje a Tibet, mi única travesía reseñable fue una breve incursión por tierras eslavas con un grupo de bucaneros vascos que puso a prueba mi capacidad de resistencia en la mitad de los garitos de Letonia, Estonia y Suecia. Las hazañas de aquellos días no pueden ser aquí narradas, pues así es tácitamente acordado entre caballeros, pero creo poder decir que, a pesar de mi falta de costumbre, estuve a la altura de las circunstancias y aun me sobro tiempo para perderme con los nativos entre las preciosas callejas medievales de Tallin, probar sus exóticos restaurantes, asistir a conciertos en Riga o pasear por los muelles de Estocolmo admirando sus paisajes. Y sería injusto cerrar este párrafo sin hacer mención a la reconocida belleza de las mujeres de estos países, que es tal que a veces uno va por la calle y puede imaginar que ha muerto y que ha llegado al paraíso, pues parece que sólo ángeles le rodeen.

Acabado el viaje, volví a puerto y, acuciado por tensiones que acumulaba durante meses sin poder resolver, decidí romper con todo lo conocido y volver al mar, la única solución que mi corazón conocía. Mi partida, aunque en honor a la verdad, mejor sería llamarla huida, fue precipitada. En mitad de la noche, el Holandés Errante cargó sus bodegas, liberó sus amarras y zarpó en silencio del puerto; en cuanto hubo distancia, arriamos velas negras y desaparecimos en la inmensidad del océano, dejando un mar de separación entre nosotros y todo lo conocido. Navegamos callados, y al timón, no puedo decir si eran lágrimas o tan sólo la espuma salada que tanto echaba de menos, o tal vez ambas cosas a un tiempo, pero mis mejillas húmedas relucían a la luz de la luna, de tristeza por todo lo que quedaba atrás y de emoción por la aventura que me esperaba delante.

Necesitaba pensar, de modo que me convertí por unos días en peregrino y caminé desde Astorga a Santiago para ver la estatua del apóstol. Aunque mi antigua religión y yo hace tiempo que tomamos caminos diferentes, la rutina del andar y la camaradería que desprendían los peregrinos me tocó hondo. Caminé sólo y acompañado, hice amigos, los perdí y los reencontré. Otros viajeros conocían a mis amigos y me traían noticias de ellos. Lloré y reí. El camino es como la mar. Tiene calmas y tempestades. Tiene días de sol y días de lluvia. Hay mucho tiempo para pensar. Caminaba y pensaba.

De modo que llegué a la catedral, y aunque mis diferencias religiosas me negaran la compostelana y el perdón de mis muchos pecados, yo me sentía limpio y renovado. Esa era mi meta, no aquel bello y frío edificio de piedras inmutables y espacios oscuros. ¡Ah, qué noche de celebración! Los peregrinos nos despedimos al final del camino como se despiden los amigos de una vida que se dicen adios sin saber cuándo volverán a verse. Bebimos, comimos, reimos, y nos dijimos adios con lágrimas en los ojos y en el corazón. Después visité brevemente a un antiguo amigo y compañero de aventuras, el capitán Don Diego de Laracha, y a la dama Silvia, que conocía de tierras hongkonitas y que ahora vive con su marido en esas latitudes, y regresé a mi nuevo puerto, en Madrid, donde preparo mi barco para su próxima aventura. Y estoy seguro de que será pronto.

Capitán de goleta Augustus Lucero

jueves, septiembre 21, 2006

Tibet (II), Ocupación

Sé que llevaba tiempo sin actualizar la página, pero no encontraba la motivación para escribir. Últimamente mi vida no ha estado plagada de aventuras y sigo un poco a la espera de tomar una decisión de lo que quiero hacer en un futuro cercano. De momento, la única novedad reseñable es mi trabajo de guía de viajes que me llevará en breve a Galizia, Almería y Cantabria, así que os dejo con una entrada del cuaderno de bitácora del capitán Augustus: Tíbet, Ocupación


Paisajes alrededor de Lhasa


Día veinticinco del mes de Maio del año de nuestro señor 2006

"Después de abandonar Japón y tras unos días de necesario reposo y preparación en Hong Kong, emprendí por fin el viaje que tantas veces había soñado. En compañía de Yann, tomamos el ferrocarril en un largo trayecto que nos dejó en Chengdu y tras ultimar el papeleo para lidiar con la enrevesada burocracia china, tomamos un transporte hacia Lhasa. Los misterios del Tíbet nos aguardaban.

El camino a la capital del techo del mundo era impresionante. La vista de sus llanuras combinada con el efecto de la altitud me dejó sin respiración. A pesar del mal recuerdo que me llevé del Tíbet, sus paisajes nunca dejaron de sorprenderme. China ha estropeado sus ciudades, ha asfixiado a sus habitantes, ha suprimido su religión... pero todavía no ha conseguido acabar con la grandeza de su naturaleza. Aunque hace tiempo que abandoné mis creencias en un Dios omnisciente, omnipresente y omnipotente, durante la semana que pasé en el Tíbet, me descubrí a menudo admirando la perfección del universo y preguntándome por los secretos de la existencia.

Lhasa, “el lugar de los dioses”, y coronándola, el Potala, el palacio de invierno del Dalai Lama, ahora en el exilio. Allí solía meditar el rey Songtsen Gampo, y en ese mismo lugar construyó el primer palacio en el año 637 de nuestra era para recibir a su prometida, la princesa Wencheng de la dinastía Tang. Como todos los monasterios, está separado en las estructuras de pared blanca, Potrang Karpo, dedicados a la oración y el estudio, y roja, Potrang Marpo, antigua residencia del Dalai Lama. Y sin embargo, el potala es ahora una concha vacía. Un almacén de tumbas fastuosas y textos religiosos que nadie lee. Antes, el palacio se erguía solitario y majestuoso en medio de una explanada vacía y la ciudad se repartía en torno al templo principal. Hoy, la arquitectura civil china, de estilo comunista, práctico, feo, eficiente, asfixia el palacio entre tiendas de ropa moderna y relojes. Sólo en las kora, los circuitos de peregrinaje que rodean el templo y el palacio y en la zona antigua de la ciudad que rodea el templo original, el Jokhang, se puede intuir como sería Lhasa antes de la ocupación. Allí se reúnen los peregrinos, los penitentes y los mendigos. Ahora, en las calles hay más chinos que tibetanos, el renmimbi, la moneda china, “el dinero del pueblo”, es la preocupación fundamental y el espíritu empresarial chino ha desplazado la religión. Veía todo esto con ojos tristes y paso cansado. ¿Dónde estaba la espiritualidad que reinaba en este país de misterio y ensueño?

Pasamos en Lhasa dos días y partimos rumbo a Shigatse. Como el equipaje era grande, fue necesario colocarlo en el techo del transporte, junto a sacos de grano y otras maletas del resto del pasaje. El mayor problema era la comunicación, incluso con el mandarín fluido de Yann, pero los tibetanos son un pueblo proverbialmente amable y curioso y el hecho de que fuéramos los únicos caucasianos del autobús atrajo en seguida la simpática atención de nuestros vecinos de asiento. En ausencia del lenguaje, la mímica, el dibujo y los libros pueden proporcionar una muy buena fuente de comunicación y el trayecto, de unas cuatro horas, pasó volando entre impresionantes paisajes. Lo que más me impactó fue la emoción que demostraban los tibetanos a la vista de imágenes del Dalai Lama, presentes en nuestros libros de viaje y prohibidas en el Tíbet.

Shigatse era muy parecido a Lhasa. En todos los aspectos. En este caso el monasterio de Tashi Lunpo alberga la residencia del falso Panchen Lama, la principal figura religiosa del Tibet en ausencia del Dalai Lama y títere de Beijing. El auténtico es un prisionero político, raptado con 6 años y mantenido durante más de nueve años en cautividad en paradero desconocido. Por lo menos, la vida religiosa del monasterio era bastante más activa que en Lhasa y ver a los monjes en oración dejó en mí una sensación de calma y recogimiento.

Lo que más nítidamente recuerdo de la ciudad es la kora, el circuito de peregrinaje que rodea el monasterio. Recuerdo las ruedas mani que giraban empujadas por mí y por los peregrinos tibetanos. Cada giro equivale a recitar en voz alta el mantra de Chenrezid, el Budha de la compasión y deidad protectora del Tíbet, “Ohm mani peme hung” (la variedad tibetana del sánscrito “Ohm mani padme hum”), y cumple con un doble propósito: los fieles acumulan mérito para acercarse al nirvana y obtener una mejor posición en su reencarnación y el templo queda imbuído de la energía que emana de las ruedas en eterno movimiento. Recuerdo gente que no tenía nada compartiendo conmigo frutos secos y caramelos. Y me pregunto cuándo dejamos de saber qué es lo importante. Miro al infinito y veo al Tíbet herido de muerte, un coloso devordado desde dentro por virulentos parásitos...

Desde Shigatse, tomamos otro transporte hasta Gyantse, donde el pueblo se organiza en torno a una fortaleza Dzong en lo alto de un escarpado promonotorio. Visitamos el templo y la kora y al día siguiente escalamos una de las montañas circundantes para tener una visión panorámica del paisaje y una tormenta de nieve y lluvia nos alcanzó en el camino. Cuando regresamos a la posada china donde nos alojábamos, el mal de altura combinado con las condiciones nos sumió en unas fiebres que nos dejaron agotados. Acostado en la cama, contemplando febril las sombras del techo, tomé una decisión. El Tíbet, XiZang, "el tesoro de occidente", se me antojaba una manzana podrida y mi desilusión crecía día a día. No era feliz y necesitaba aire, libertad, soledad... y aventura.

Así que una semana despues de alcanzar el techo del mundo opté por abandonarlo. Me despedí de Yann que continuó su camino de vuelta a Hong Kong y volví a Shigatse para tomar el camino hacia Nepal. La mal llamada carretera de la amistad me esperaba. Solo en medio de vastas llanuras ferreamente controladas por los soldados del partido, el destino me alió con otros dos trotamundos, Jun, ciudadano del imperio del sol naciente y Mark, irlandés, que compartían mi objetivo y juntos, tres desconocidos en el infinito de la nada, nos conjuramos para llevar a cabo una difícil empresa: debíamos, por nuestros propios medios, huir de Tíbet y alcanzar Kathmandu en menos de dos jornadas para llegar a tiempo para celebrar el cumpleaños de Mark en Nepal... "

Capitán de Goleta Augustus Lucero